Es el titulo de un libro inedito, en realidad es un conjunto de cuentos no publicados aun.

jueves, abril 20, 2006

LA CIUDAD DE LAS MENTIRAS


Todas las mañanas son iguales en la Ciudad de las Mentiras, siempre amanece con un clima particular para cada uno de sus habitantes, y vaya que son perturbadoras las vidas que llevamos.

Cada mañana me levanto con el sol de costado, inundando mi cuarto de luz, cada mañana me levanto y contemplo las mismas manchas en mi pared azul, las cosas siempre están en su lugar, el ropero viejo, con los papeles pegados en la frente, como retándome a mirarlo, la guitarra inservible en su funda negra en la que descansa el polvo de la habitación recostada sobre una vieja mochila llena de papeles inservibles, viejos, antiguos recuerdos, el espejo lleno de papeles, de notas a medio acabar, de libros que se mezclan con mis escritos, todos en la cima de los cajones, esos cajones que contienes mis miserias, mis disfraces, ahí están mis disfraces de Señor Alegría (el que siempre me pongo), en el otro extremo cerca de la ventana que me invita a salir a recorrer sus calles, esta la computadora, vieja, sucia, acabada, desgastada por las noches de insomnio, de ideas confusas, de sueños que son pesadillas, y mas atrás el radio ensuciándose de viejo, escuchando mis lamentos a medialuz y con el volumen bajito para no despertar a nadie.

Siempre el mismo cuento, siempre encerrado en la misma novela, la de mi vida, esta vida que aún no acaba, que me cansa, que no me ofrece respuestas, que solo me da migajas que no quiero recibir, la misma rutina, el mismo camino para llegar al mismo sitio, parece que todos se han confabulado para llevarme al mismo lugar, ¿Es esto justo? Me he preguntado siempre, sin hallar respuestas.

Ayer domingo salí como siempre con mi soledad a cuestas, quería que se distrajese, no quería que se aburriese contemplando mi vida, ya le enseñe todo lo que se, le enseñe a reírse de ella misma, a caminar sola y no perderse, a escuchar a los demás, a emocionarse con una canción que resuma mi vida, o parte de ella…

Justo cuando estaba en la parte más interesante del libro alguien toca a la puerta, por qué siempre suceden estas cosas me pregunte, cogí el separador gastado por el paso del tiempo y por el uso interminable de las lecturas, así que coloque el libro sobre la gaveta superior y me calce las sandalias, hacia demasiado calor en esta época del año como para llevar ropa, y mientras el sol alumbraba el pasillo me dirigí a la puerta maltrecha de los continuos golpes asestados por la vida y por uno que otro vendedor que no lograba ubicar el pequeñísimo timbre instalado por el viejo y cegaton electricista, cuando llegue a la puerta escuche una respiración agitada tras la puerta, al abrirla reconocí un rostro parco, cansado, peleado con el tiempo, con la cara cubierta de cabellos, algo desalineada como queriendo disimular la belleza que envolvía con su aura a esa ser, su nombre era Giuliana, nos conocíamos de años, nuestros padres se habían conocido una vez mientras nosotros jugábamos indistintamente en el parque que antes existía cerca de la casa, era un parque pequeño, lleno de arbustos, en el que se podía descansar mientras las palomas se encargaban de acelerar el paso del tiempo con sus revoloteos y persecuciones…

- ¿Estas ocupado? Pregunto con voz inquisidora, esperando convencerme de que necesitaba un favor, de que quería algo, algo que sabia que no le podría negar.

La verdad es que si lo estaba, había estado leyendo un libro que callo en mis manos, mejor dicho algo o alguien se había en cargado de ponerlo entre mis dedos, recordé haberlo visto en un puesto de aquellos donde se pueden conseguir libros, revistas, discos, etc.

Eso le gustaba, la música era lo que más le gustaba en la vida, así que ese día saco los únicos dos soles que tenia en su bolsillo y compro ese libro que llevaba por titulo “Alas de Mariposa”, el autor le pareció un desconocido pero igual lo compro, había algo en aquel titulo que le impacto, a pesar de que ser un libro gastado por la lectura de antiguos dueños, con las hojas, maltratadas, bordes doblados, algunos escritos al pie de pagina, encontró algunos números telefónicos de 6 dígitos

- No, no estoy ocupado, solo estaba terminando de leer un libro que compre ayer mientras estaba por Quilca.

Jr. Quilca, el único bastión inagotable de la cultura under, subte, marginal en algunos casos, donde te puedes topar con singulares personajes que se enmarañan con su propias ideas y en torno a los cuales se arremolina gente sin rumbo, vagos que no tienen nada más que hacer, la ciudad no va a cambiar tan solo con palabras, pero ellos aun no lo saben ni discuten el tema, pero quilca subsistirá a pesar de todo y eso es lo que importa.

- ¿Necesitas algo?
- Si, necesito que me hagas un favorzote, es urgente, ¡Please! Vamos no seas malito, te prometo que es la última vez que te molesto con algo así.

Sabía que algo no estaba bien, ya había escuchado varias veces la misma historia, y aun no sabía como terminaban convenciéndolo, es que había algo en aquella chica de ojos tristes que le gustaba, algunas veces había soñado que salían a caminar, que al fin la besaba y cuando estaba a punto de decirle lo que sentía aparecía algo o alguien, y se la llevaba y él sin poder hacer nada, y no distaba mucho de la realidad, siempre le había hecho favores, siempre estuvo detrás de ella, arañando su sombra como diría Daniel, pero ella nunca se fijaría en él, en fin, cada uno tiene su mayor anhelo, y el de él se llamaba Giuliana.

- No hay problema, dime
- Es que necesito salir y quiero que me hagas un favorzote, tienes que llamar a mi casa y te haces pasar por algún compañero de la universidad, ya tu sabes, inventas algo, un trabajo, una reunión, ¿Ya?, llamas en un ratito, yo he dicho que iba a la tienda, así que me vine rapidísimo para que no se den cuenta, no te olvides, Chau…

Si le hubiera contado todo lo que sabia de su enamorado, pero bueno ese no era su problema, en realidad si lo era, pero no quería meterse, ya lo había intentado una vez y le fue muy mal.

Que difícil es vivir en una ciudad llena de mentiras, de mascaras, era tan complicado no terminar hundido en aquel fango, siempre he tratado de ser coherente entre lo que digo y hago, yo no creo en Dios, no porque no exista, eso seria reafirmar su existencia, sino porque no necesito hacerlo, así estoy bien, al menos eso creo hasta ahora, no necesito aferrarme a una mentira, a una infamia, no estoy blasfemando estoy diciendo mi verdad, aunque también se que no hay verdades absolutas y esto termine siendo un mal acertijo, hay días terriblemente grises en mi vida, porque tú no estas, se que todo es mi culpa por haberme subido a unas alas muy frágiles, a unas alas de mariposa, que solo me enseñaron la puerta del largo camino que hay hacia ti…

Esa noche algo paso en el edificio, no eran los niños traviesos, ni los mismos gritos de siempre, ni las antiguas discusiones, ni el bullicio de alguna fiesta, era todo lo contrario, esa día todo estuvo en calma, una calma que me ponía terriblemente inquieto, ansioso, a la espera de algún desenlace como los que suelo leer en los cuentos del Ektor, el reloj era el único que no descansaba, y esa noche no seria la excepción.

Me levante envuelto en un sueño agitado y transpirado, el clima tampoco ayudaba mucho, en verano siempre hacia calor, el sol salía con todo su esplendor sobre nuestras cabezas y allá arriba se jactaba de su gran poder. Prendí la luz en medio de la nada, y me dirigí a la entrada del edificio, allí esta July (así la llamábamos a Giuliana), sola, preocupada, con los brazos cruzados, como queriéndose enfrentar al mundo, ella sola y sin armas más que su coraje y la rabia que esa noche la embargaban. No sabía si debía acercarme, me detuve largo rato, y la estuve contemplando, había algo malo en esta novela, esto me recordaba al libro, era la puerta del largo camino que me llevaba a ella (a Giuliana), así que me adelante hacia ella, y ambos nos sostuvimos sobre la pared, mientras yo la contemplaba y ella aceptaba mi compañía sin decir nada, a veces no importan las palabras, solo necesitamos que alguien este a nuestro lado, sin decir nada, para sentirnos bien, y eso fue lo que paso. Media hora después sostenía sus mano, entre las mías y la escuchaba en silencio, como siempre lo hacia, mirando a los ojos, asintiendo con la cabeza frente a sus palabras o sus gestos, solo yo sabia cuanto amaba a esa mujer, siempre lo hice en silencio, aunque a veces el silencio me reclamaba el no hacer nada, el dejar pasar el tiempo, que se va como las palomas se van de casa al atardecer en busca de una vida propia de una hogar propio, de una vida mejor, al cabo de un rato ella se levanto y se fue, toco mi mejilla con sus labios y yo quise besarla pero me contuve, quería rozar aquellos labios negados para mi durante largo tiempo, se dirigió a su casa, era tarde y la noche se quedaba dormida mientras la historia de nuestras vidas se separaba aun más o se acercaba, cogí mi restos y me fui a mi casa, era hora que me echase a descansar un poco…

Que día, pero que digo que día que vida la mía, que calor, esto era como estar en el infierno solo que aquí no olía a azufre, gracias a Dios, si es que existe por supuesto, catorce de febrero es una fecha trágica en mi calendario no tengo nada que hacer, me gustaría desaparecer esa fecha del calendario que adorna mi pared melancólica y descuidada, hace tanto tiempo que estoy solo, desde que murió Rocío nada había sido igual, había sido una larga y penosa enfermedad la que la alejo de mi vida, de mis sueños, del hogar que quise construir a su lado y que se derrumbo en tan solo un instante, esa maldita LeUZEMIA, la había alejado de mis días, que sin ella se había vuelto grises en una ciudad sin color, sin esperanzas para gente como yo, que no encajo en ningún lado, que soy nada más que el triste remedo de un vida sin sentido, alejada del mundo, encapsulada en una burbuja que se deja llevar por el viento sin oponer resistencia a un trágico final…

Aquella noche no pude dormir había estado recordando aquel libro que recientemente había adquirido, había algo en el, a veces me daba la impresión de que lo que leía era para mi, era una especie de guía, aun no lo sabía aunque basto haber leído una gran parte del mismo para encontrarme, para dar lugar a una serie de hechos que manejaría mi vida de ahora en adelante.

El calor era insoportable, aquella tarde me vino a buscar, “El Rojo” como siempre lo hacia, con las misma facha de siempre, siempre se levantaba el cabello, andaba con una mirada perdida y un risa de oreja a oreja, pero estaba vez estaba distinto.

- ¿Ya te enteraste?
- ¿De que hablas?
- De lo que le paso a tu vecinita pues, no te han contado, o sea que ¿No sabes nada?
- No, cuéntame ¿Qué fue?
- Ayer salio July con el tal “Pipo” ya sabía que algo se traía entre manos, se fueron al cine, y justo cuando salen, se acerca una chica con un bebe entre brazos…
- No me digas que…
- Si, era la ex esposa del “Pipo”, ya te imaginas el escándalo que le hizo a los dos, claro que dicen que el trato de negarlo todo, pero no logro nada, dicen que el bebido era igualito de narigón que su papá y tenia la misma quijada, a mi me lo contó la “Saru”, tu sabes que ella trabaja por ahí, y vio todo pero, no le cuentes a nadie que yo te dije, bueno a hora si me voy, tengo unos negocios que atender

Esa tarde lo vimos a Oscar intranquilo, el siempre andaba intranquilo pero ahora lo era mas, seria que se ya se habría enterado de lo que paso entre el Pipo y July, lo vimos subir y bajar las escaleras, muchas veces, como queriendo detener el final de la una muerte anunciada, fatal, mal escrita, entro en la tienda del chino, salio con unos cigarrillos en la mano, se nos acerco, cosa rara en él, el siempre se había distanciado de la gente del edificio, algunos decían que era antisocial, otros que no fue el mismo desde que falleció Rocío, otros que su padre lo castigaba mucho y que en alguno de esos enfrentamientos, su padre lo golpeo tan fuerte que quedo inconsciente, y desde entonces no era el mismo, se sentó entre nosotros, bromeo con algunos, y luego se fue, estuvo toda la noche en el portón del edificio, haciéndole compañía a una reja sin brilló como el que él despedía, a lo mejor quería tomar valor para buscar a July y consolarla, porque si de algo estábamos seguros es de que él la quería aunque ella nunca se había fijado en él, ni aun cuando estuvo con Rocío pareció molestarle.

Ya me canse de escribir mi vida, en un papel, en las paredes de mi cuarto que no responden, que se muestran indiferentes a mi dolor, hay veces en las que quiero llorar de amargura, porque te quiero y no te das cuenta, tu eres mi felicidad, dame una oportunidad, nada mas te pido hoy, porque no se que pueda pasar mañana, a lo mejor se acabe el mundo, o mejor dicho se acabe mi mundo, total, nadie sabe que existe, nadie notara su ausencia, nadie llorara el que ya no este, a veces me he puesto a pensar en lo que significa para ti y para mi un beso, cada vez que te tengo cerca mi cuerpo siente invadido de tu ser, hay algo que me recorre el cuerpo y me hace sentir tan bien, y cuando te beso siento que se me va la vida en el, y sabes por qué, simplemente porque te quiero, única y exclusivamente a ti, y no te das cuenta de ello…

Aquello parecía haber sido escrito por mi, era mi vida en un libro, es cierto que me enamore de Rocío, pero siempre había amado en secreto a July, siempre estuve a su lado, y no se hasta cuando lo estaría, y si yo no lo sabia, quien mas lo sabría.

Habían pasado dos días desde aquella noche en que me encontré con July en el portón del edificio, la había estado esperando y como aun no llegaba, me fui a la tienda por unos cigarrillos, hacia mucho que no fumaba, que no sentía aquel humo que me raspase la garganta y que se llevaba todas mis angustias y mis penas. Hasta que la vi doblar la esquina, venia del brazo con el Pipo, de algo hablaban, pero ella sonreía mientras el decía algo, se acercaban más y más aunque sin apuro, hasta que estuvieron enfrente mío

- ¿Y esas rosas? ¿Para quién son? Pregunto con voz franca y sostenida
- Son para Estefanía, conteste tratando de mostrarme seguro y convencido
- Así que con “Estefy”, que bien guardado te lo tenias
- No supe que contestar, me habría encantado decirle que eran para ella, que las había mandado conseguir con la señora Armelia, la señora que vendía flores en el mercado, que eran una especie rara, que envolvían todo lo que yo sentía por ella, pero una vez mas tuve que mentir, tuve que callar lo que sentía por ella.

A lo lejos y premeditadamente, como si el destino hubiera preparado todo para esta comedia moderna, apareció Estefanía, a esta hora también regresaba del Instituto, ¡Maldición! Y ahora qué hago me dije para mi mismo.

- Mira que casualidad, ahí viene Estefy, nos vamos a poner a un costadito para no interrumpirte, ¡Buena suerte!
- Era Yo, frente a una realidad nueva, me enfrentaría a mis demonios o pasaría el ridículo más grande de mi vida, total ya estaba acostumbrado a ellos.

Así que tome la iniciativa y me le acerque, se lo entregue y asombrada y sin poderlo creer, yo tampoco lo podía creer, las tomo entre sus dedos, y sonrojada se dirigió a su casa no sin antes agradecer el presente, presente en el que había invertido toda mi semana, bueno, después hablaría con ella.

Me dieron ganas de encarar a ese mentiroso, que feliz estaba, que cuento le habría metido, que mentira más grande, a lo mejor le dijo que ya se habían separado o que estaban en eso, o quizás que ella no quería aceptar el divorcio, que grande es esta ciudad llena de mentiras, sin pies ni cabeza, que fácil era conseguirlo todo con una buena dosis de actuación y una mentira bien estructurada.

En la noche retome el libro, me faltaba muy poco para terminarlo, pero siempre me interrumpían, si no era “El Rojo” era la radio, o sino la música, en fin, ya estaba terminando el libro, y encontré algo muy interesante…

Hoy el sol me quemo, igual que tus besos de ayer, lo único que quiero es dejar mis alas de mariposa en algún lugar y caminar hacia ti, esta vez voy decidido a darte el ultimo beso para después arrancarme los labios y dárselos a los perros, ellos le darían un mejor uso a unos labios gastados por las mentiras que de ti emanaban, aun recuerdo las veces que te bese, y mi corazón se acelera en torno a esos recuerdos, fui tan feliz con tu amor de ficción, con tu amor irreal, con tus besos de papel, pero esta vez quiero acabar con mi vida y con mi historia, ¿Donde te has escondido?, sal y dime tu verdad, o la mentira mas grande que puedas inventar, yo siempre te creeré mientras estés en frente mío, porque cuando te vayas, sabré que todo lo que dijiste no fueron mas que mentiras. Ahora no tengo nada más que decirte Oscar, ya sabes que hacer ahora que has leído este libro, la Ciudad de las Mentiras esta en todos lados donde queríamos que este, somos nosotros los que la alimentamos, somos nosotros los actores de nuestra propia novela, depende de ti si quieres quedarte a vivir en ella o te mudas a otra ciudad.

FIN

¿Oscar?, como diablos sabía mi nombre, esa noche comenzó la última función en la ciudad de mis mentiras, de nuestras mentiras, esa noche hable con July, y no tartamudee, no me deje vencer por mis miedos, esa noche fui feliz, porque descubrí que una nueva ciudad se erigía frente a mis ojos, y desde esa noche soy un habitante de mi nueva ciudad.


Escrito en Lima,
Febrero de 2006




“Alas de Mariposa” es el titulo optativo de un disco que nunca vera la luz y que ha dado vueltas en mi cabeza, apareció un día, y desde entonces se quedo a vivir con migo, y aquí sentado frente al monitor, aun ando buscando esas alas que me llevaran a algún lugar, aunque no será para siempre porque al fin de cuentas, son solo alas de mariposa…


COMENTARIO FINAL

Los chicos de la cuadra siguen siendo los mismos, aunque de mayor edad, el edificio donde transcurre estos tres días, es en la actualidad un centro comercial; July por su parte se caso con Pipo y su vida transcurre entre gritos, peleas y separaciones; Oscar adopto una niña, su sueño de toda la vida había sido tener una hija, ahora Tina, tiene 7 años y viven felices en una pensión de Lince.

AGRADECIMIENTOS

A mis Amigas de la Facultad de Psicología, (Kat “Almita Rockera” y Delia, dos de mis mejores amigas y las mejores personas que he conocido en la Villarreal), para mis amigos de la banda, gracias a mi tía Edita que siempre me trae algo nuevo que leer, finalmente a mi familia, a Flor , a Emiliano (Mis padres), a mi hermana Leyla, y a la mejor abuela, María, gracias a los que alguna vez compartieron algo conmigo, a los que no también por eso.

Julio Ramón Ribeyro. (29-95) por tus cuentos, por ser peruano.