K-NGREJO

Ya habían pasado más de 40 minutos y aún no aparecía, habíamos quedado en encontrarnos afuera del restaurante, pero nada, la gente pasaba sin ningún apuro, por instantes la calle se quedaba sola, en otras pululaban los vendedores mezclándose con las caras de nuestra ciudad de techo color panza de burro, al fin recibí una llamada, era Laura…
- Recién voy a salir de mi casa, me esperas, ¿Ya? nos vemos, un beso
- Bueno, entonces nos vemo… (era demasiado tarde, ya me había colgado)
No quedaba de otra, así que me dirigí a una de las bancas de la plaza de armas, habíamos quedado en encontrarnos en la trasnochada Jirón de la Unión, de rato en rato se me acercaban los lustrabotas, a ofrecerme brillo y una conversación amable.
Me lancé a una de las bancas mas gastadas de la plaza, cansada, dormida, siempre amanecía entre el ruido de la ciudad, o acompañada por ocasionales borrachos y ladronzuelos, a lo lejos los turistas, divagaban y discutían acerca de la mejor posición para obtener unas buenas fotos, mientras las palomas se alimentaban del maíz que generosamente les era arrojado por los mas niños y también por los mas grandes, el agua de la pileta trataba de contener en el algo el fuerte calor veraniego.
Me encontraba disfrutando de un helado, cuando a lo lejos me pareció divisar a Laura, envuelta en un vestido casual –azul- lentes del mismo color, y un bolso celeste, que adornaban su figura mientras el sol se encargaba de mostrármela radiante. Me adelante a su encuentro, ella aun no me había divisado así que pensé en tomarla por sorpresa, rodee el parque tratando de ocultarme entre la gente, me deslice hacia la entrada opuesta al Jr de la Unión, desde ahí avance casi mecánicamente, tratando de esquivar una mirada que pudiera ponerme en compromiso, avance muy despacio, tan despacio que casi me tropiezo con migo mismo, al fin la cogí del brazo y con un tono de voz distinto al mío, le exigía que me entregase el bolso y que no voltease.
A los 5 minutos nos encontrábamos caminando por un pasaje cercano a la plaza mayor, mientras trataba de hacerme disculpar por la pesada broma que le había gastado hacia tan solo segundos, su rostro aún estaba absorto ante lo que había ocurrido, así que prometí invitarla a comer lo que quisiera, tratando de buscar su divino perdón.
Al fin entramos a un restaurante, lleno de espejos, con dibujos en las paredes, llenos de olas, palmeras, aves, y un radiante sol, a lo lejos redes, timones de madera, era un ambiente agradable, casi acogedor. Laura decidió que entrásemos a ese lugar, porque ya había venido antes, en realidad a mi no me gustaba mucho la comida marina pero acepte porque necesitaba excusarme de alguna forma.
Al rato ya nos hallábamos almorzando, mientras ella degustaba un plato de arroz con mariscos, yo había optado por un ceviche mixto, hacia mucho tiempo que no comía este plato, en realidad me gustaba, pero casi había olvidado cuando fue la última vez que lo probé.
Laura había terminado rápidamente su arroz y casi de inmediato llego a la mesa, un plato mas, algo adicional, quién habrá pedido eso, me pregunte, a lo mejor fue Laura cuando me dirigí al baño, bueno ya estaba en la mesa, así que decidí probarlo, al rato me sentía mal, la cabeza me daba vueltas, transpiraba profusamente, la visión se me estaba nublando, unos puntitos aparecieron en mi cuerpo, me dirigí a los servicios y me quite la camisa, era lo que me temía, me había intoxicado, comencé a cavilar acerca del por qué de la intoxicación, no había comido nada que me hiciera mal, a lo lejos un recuerdo se apodero de mi cabeza, comenzaba a recordar la ultima vez que comí ceviche, recordé que me daba alergia el cangrejo pero yo no había ingerido nada hecho con ese crustáceo. Mientras salía del baño, recordé la boleta de consumo, había algo extraño era un plato de nombre ingles, “Crab in sauce of large oyster”, siempre había sido un negado para los idiomas, así que mientras salíamos del restaurante, le pregunte a Laura que era eso.
- ¿Por qué me preguntas eso?, ¿No te gusto?
- No es por eso, es que quería saber, simple curiosidad.
La verdad es que ya me sentía mal para ese entonces, así que decidí dejarlo ahí, decidí llevara Laura a su casa, pero ella insistió en llevarme a la mía.
Ya estábamos frente al portón del edificio, y yo me sentía mucho peor que al comienzo, pero logre divisar algo entre mis desvaríos, el rostro de Laura se había transformado en algo escabroso, parecía que estuviese disfrutando de algo.
- Ya me voy - y otro día ni se te ocurra volver a asustarme. Chau.
- No te preocupes, no volverá a suceder.
- De eso estoy segura… Ah… me olvidaba, lo ultimo que comimos se llamaba “Cangrejo en salsa de ostión”, espero que lo hayas disfrutado, ¡Ja ja!
Su rostro anunciaba la venganza consumada (una gran sonrisa se dibujaba en ella) a lo lejos se aproximaba el comienzo de una larga tarde.
AGRADECIMIENTOS
Gracias a los que nunca me dejaron desfallecer cuando la vida giraba tan rápido, a todos los que me han apoyado de alguna u otra manera, a mi banda THE DOLLY´S.
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